Cuando su confesión
lastimo mis oídos, me dije, " no lo escuches, no te ahogues en su
mar"
yo abrí de par en
par las puertas de mi alma y deje que saliera mi secreto peor, disimulando
lo triste y conservando la calma le dije "aunque no creas estoy
buscando amor"
Nos rendimos los dos
al fingir como tontos que yo era su mujer y que el era mi hombre pero al
cabo de un tiempo yo no quería ser su novia
y el quiso volver a ser el pibe infiel.
Ahora el está feliz,
volvió con la idiota.
Yo recorro las
calles buscando otro hombre y aprendí que mentirse tiene patas muy
cortas que siempre la costumbre va a matar al placer ♪
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