Alguna
vez, quizá, se te va la mano y las llamas en pena invaden tu cuerpo. Y caes en
manos del Ángel de la Soledad y él gracias a Dios tampoco cree en lo que oye.
Ya sufriste cosas mejores que esta
Hoy que mi corazón se aturde en silencio hablando sola cuando es tarde
y ya no hay nada mas que hablar.
Hoy que mi corazón se agita en silencio por los gritos del amor.